Ritual de Muerte
Cuando tenía seis años alguien llamó a la puerta para avisar que mi mejor amiga de la misma edad había muerto…ese fue mi primer encuentro con la muerte.
Dos años después murió un ave que era mi mascota más querida para la cual le hice un entierro junto a mis amigos en el jardín de la casa. Ocho días más tarde desenterré por curiosidad al pobre pájaro -el cual estaba lleno de gusanos- para tratar de descubrir que sucedía después de la muerte. Durante este evento realicé mis primeras fotografías con una cámara que había tomado “prestada” de mi hermana.
Cuando tenía trece falleció mi padre y sin duda ese fue el detonante para que años después la muerte fuera un tema recurrente en mi obra artística. Lo físico y lo espiritual, lo real y lo aparente; los cambios internos y externos y el paso del tiempo se convirtieron en mi mayor cuestionamiento como una metáfora de vida en imágenes.
Hace dos meses experimenté el ritual de la muerte vistiendo y maquillando a mi abuela fallecida, una experiencia que compartí con mi madre y mi tía. Experimenté allí el amor más puro, la feminidad, lo sublime y espiritual. Este momento me hizo reflexionar sobre lo que significaba presentar a mi abuelita ante la sociedad…que se viera linda y aún con dignidad en el ultimo momento de su vida. Su cuerpo en la morgue, frío, desnudo, con costuras, su piel amarilla y su cabello despeinado…toda la vanidad que pudo tener en vida se terminó en un segundo.
En la actualidad en que solo nos preocupamos por la apariencia física, el estatus económico e intelectual, la lucha constante por no envejecer y el qué dirán! Me pregunto para qué? Al final solo estarán a nuestro lado las personas que por la razón que sea; amor, interés u obligación nos vistan ante esta sociedad morbosa.
Prefiero guardar la esperanza de que nos acompañen los seres que quisimos y nos quisieron sin esperar nada, más que la fe en un reencuentro.
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